En medio de la revelación de que Colombia tiene uno de los índices de percepción de corrupción más altos en la región, Jorge Piñeiro, director de Aseguramiento de Ernst & Young, habla sobre manejo de fraude.
"En el contexto global de la economía y los negocios actualmente, se da oportunidad para que algunos aprovechen la coyuntura para cometer fraude. Lo más importante que deben saber las empresas es las modalidades de fraude y cómo estar atentos para identificar posibles focos" agrega Piñeiro.
Si se considera el estado actual de la economía y los recientes escándalos empresariales a nivel nacional e internacional, el fraude continúa encabezando la lista de preocupaciones de los ejecutivos de las compañías. De hecho, las arrolladoras reglamentaciones de Sarbanes-Oxley, diseñadas para ayudar a prevenir y detectar el fraude en las empresas, pusieron al descubierto prácticas fraudulentas que anteriormente pasaron desapercibidas.
Adicionalmente, ahora, como nunca antes, más ejecutivos de empresas han tenido que pagar multas y pasar tiempo en la cárcel. Ninguna industria está inmune a situaciones fraudulentas ni a la publicidad negativa que gira alrededor de ellas.
Son claras las implicaciones para la gerencia: toda organización es vulnerable al fraude y los ejecutivos deben saber cómo detectarlo o, al menos, cuándo sospechar que existe. Los ejecutivos deben siempre confiar en su juicio e inteligencia al considerar las señales de alerta de contabilidad.
No subestime los riesgos
La encuesta más reciente de Ernst & Young sobre fraudes globales sugiere que las compañías con actividades en mercados emergentes subestiman el riesgo de fraude en los estados financieros. Aunque quienes respondieron la encuesta consideran que el soborno y la corrupción son los mayores riesgos de fraude en los mercados emergentes, nuestra experiencia demuestra que la falta de supervisión y de controles gerenciales pueden ocasionar errores importantes en los estados financieros en unidades de negocio de locaciones remotas. Algunas veces las señales de alerta tienen una explicación legítima, pero otras pueden ser sólo la punta del témpano de hielo del fraude.
Sospechar siempre es clave
Piñeiro explica que mientras exista la oportunidad de declaraciones erróneas en cada línea de los estados financieros, un puñado de culpables da cuenta de la mayoría de los casos. Les corresponde a los ejecutivos familiarizarse con estos culpables y saber qué señales de alerta pueden indicar su presencia. Por supuesto que las señales de alerta no son segurísimas de fraude, más bien son anuncios de que hay que plantear preguntas y de que se debe encontrar respuestas razonables para llegar a una conclusión que aclare el panorama.
Ojo con los estados financieros
Comenzar literalmente en la parte superior de un estado financiero siempre es una buena idea. Exagerar o reconocer los ingresos en forma inapropiada es una forma común de fraude en los estados financieros. Algunos de los esquemas más comunes son: registrar los ingresos brutos en lugar de los netos, registrar los ingresos de otras compañías cuando se actúa como intermediario, registrar ventas que nunca se efectuaron, mirar ventas futuras en el período corriente y ventas de productos que están en consignación. Y siempre hay que estar pendiente de los estados de alerta.
Las preguntas siempre son útiles
Preguntas que plantear en caso de que circunstancias diferentes y extrañas en la empresa den pie para la duda: ¿por qué aumentaron los ingresos significativamente durante el final del periodo comparados con los resultados del año anterior, año corriente y el estimado del presupuesto?; ¿cómo se compara el crecimiento de ingresos con el de la industria durante el mismo periodo? si es sustancialmente superior; ¿tiene sentido la explicación? ¿Las cuentas por cobrar aumentaron debido a un cliente particular?; En caso afirmativo, ¿se debe establecer una provisión?
Avances en tecnología
De acuerdo con el informe de 2010 de la Acfe, el 50% de los fraudes ocupacionales se detectan por aviso confidencial o por accidente, mientras que la auditoría interna y la supervisión de los controles internos sólo cubren el 29%. Dados los actuales avances en tecnología, parece contrario a la intuición que la fuente principal de detección de fraudes continúe siendo el aviso confidencial o por accidente. El uso de tecnologías de software permite que grandes cantidades de texto se puedan sintetizar y resumir en forma eficiente para reportar alguna irregularidad.
Respuestas que tengan sentido
Las preguntas que se generan como causa de las señales de alerta deberán tener respuestas que tengan sentido. Cuando no lo tengan, es hora de considerar dos acciones: notificar al comité de auditoría y llamar a los contadores forenses, quienes son los investigadores en la escena del crimen del mundo financiero. Tienen una amplia experiencia en examinar el ADN de los estados financieros: pasan por el tamiz los registros del correo electrónico, documentos e ingresos de datos, y llevan a cabo extensas entrevistas para descubrir y explicar el más complejo fraude.
"Maquillaje de cifras"
Los siguientes esquemas también se usan con frecuencia para "maquillar las cifras" y hacer que los resultados se vean mejores de lo que realmente son. Suavizar los ingresos con frecuencia se refiere a cómo usar las "cookie jar reserves" y tiene que ver con sobreestimar los pasivos durante los periodos buenos, conservando los fondos para uso en el futuro cuando los ingresos bajan; revelar información en forma inapropiada, especialmente en relación con transacciones de terceros vinculados y préstamos a la gerencia; y efectuar transacciones altamente complejas.
Ojo con la disminución de gastos
Otra técnica común para falsificar los números es declarar menos gastos, lo que lleva a un aumento en los ingresos operativos e ingresos netos. Esquemas: reportar los costos de ventas como un gasto no operativo para que no afecte en forma negativa el margen bruto, capitalizar los gastos operativos, registrarlos como activos en el balance general en lugar de como gastos en el estado de resultados, no registrar algunos gastos, o no registrar los gastos en el periodo correspondiente.
Fuente: La República| Colombia